Las referentes del Programa Provincial de Prevención del Cáncer Cérvico Uterino; Nancy Andaloro y Mónica Adame, recordaron las dos herramientas que otorga el Estado: la vacuna para el VPH y el PAP.
"El cáncer de cuello de útero es una enfermedad que afecta el cérvix o cuello uterino; esta es la parte más baja del útero que forma un canal que conecta con la vagina. Allí es donde a partir de lesiones, verrugas e infecciones que no sean controladas puede producirse, pasado un tiempo, este tipo de cáncer”, explicó Andaloro.
Hay que tener en cuenta que esta enfermedad es altamente prevenible y pese a esto, en Argentina es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres de entre 35 y 60 años; y cada año que pasa se diagnostican 3000 casos nuevos de cáncer de cuello de útero.
Por lo tanto, es fundamental utilizar las dos herramientas que brinda el Estado para prevenirlo. La primera es la vacuna para el VPH que debe aplicarse en niñas que aun no comenzaron su actividad sexual, y se coloca a partir de los 11 años y en dos dosis. La otra es el PAP, que puede realizarse anualmente a partir de los 25 años de edad. Asimismo, la referente del Programa aseguró que “hay factores de riesgo que predisponen a padecer este tipo de cáncer: el fumar, comenzar la vida sexual a temprana edad, una mala alimentación, embarazos múltiples, no utilizar preservativo si no se cuenta con una pareja estable, usar anticonceptivos orales durante un tiempo prolongado y sin control médico, además de los antecedentes familiares de padecer cáncer”.
“Sin embargo, el más determinante es la infección por el VPH, el virus de papiloma humano, que es una causa necesaria, ya que se ha demostrado una asociación entre este virus y el cáncer de cuello de útero del 99%”, aseguró.
Por otra parte, Adame aseguró que “este programa tiene como objetivo una parte de la población que son mujeres de entre 35 y 64 años de edad, que es la edad en la que la mujer tiene más riesgo de padecer este cáncer”.
A partir de los PAP (Prueba de Papanicolau) de estas mujeres que pueden atenderse con un ginecólogo, médico generalista o personal capacitado para hacerse el estudio, se realiza un tamizaje, aquellas muestras en las cuales se detecta alguna anormalidad en las células del cuello uterino, deberán ser analizadas para ver si se le realizan a la paciente otros estudios como la colposcopia o biopsia.